Semana del Comunicador 2011
Desde
que se creó la Escuela de Ciencias de la Información se realiza
todos los años la Semana del Comunicador: un espacio pensado desde y
para los estudiantes, donde nos encontramos para debatir y
reflexionar sobre las problemáticas de nuestro campo de estudio,
actualizar los debates teórico-políticos sobre la comunicación,
compartir herramientas de análisis de la coyuntura nacional y
latinoamericana, y a partir de todo ello, dar una mirada crítica a
la formación recibida en nuestra carrera.
Este año, la Semana del Comunicador, se estructura a partir de dos
interrogantes fundamentales: por un lado, la pregunta por la
construcción de la hegemonía, y por otro, la pregunta acerca de las
transformaciones que es posible observar en la cultura política de nuestro país en los últimos años.
Si
la del 90 fue la década del ocaso de la política (no sólo en
nuestro país, sino en toda la región), y los acontecimientos de
diciembre de 2001 fueron la expresión de la crisis de la hegemonía
neoliberal, los años posteriores están signados por la paulatina
reconstitución del tejido social y la construcción de una nueva
hegemonía.
Como
señaló Williams, “la parte más difícil e interesante de todo
análisis cultural en las sociedades complejas es la que procura
comprender lo hegemónico en sus procesos activos y formativos, pero
también en sus procesos de transformación”.
En
ese sentido, interpelados por la realidad que hoy nos toca vivir, nos
proponemos abordar algunos procesos sociales actuales que trazan un
panorama completamente diferente al de hace algunos años y que
queremos poner en debate en ésta Semana del Comunicador.
En
principio, reconocemos una nueva configuración de las culturas
juveniles,
pero sobre todo puesta en relación con la política como herramienta
de transformación, recuperada y hecha cuerpo en la fuerte
participación juvenil en la vida política de nuestro país. En ese
sentido, esa participación combina de manera inédita la
recuperación de modalidades tradicionales de participación política
con la utilización de las nuevas tecnologías y las redes sociales
como herramientas de expresión pública de lo jóvenes.
En
segundo término, resulta importante abordar el desarrollo de
políticas desde el Poder Ejecutivo Nacional que da cuenta del
reconocimiento del acceso
a las nuevas tecnologías
como un derecho humano fundamental. Programas como “Conectar
Igualdad” o “Mi TV Digital” –que posibilitan que los sectores
históricamente postergados del acceso a derechos básicos como
salud, educación, trabajo y vivienda, sean los primeros en adquirir
ciertas herramientas tecnológicas- han introducido cambios
sustantivos en el modo en que se concebían tradicionalmente las
políticas sociales, pero también transformarán significativamente
los usos de las tecnologías y la producción de contenidos para
ellas.
En
ese sentido también proponemos debatir sobre el importante
desarrollo de una serie de políticas
culturales
impulsadas desde el Estado Nacional, orientadas a la construcción de
un nuevo relato sobre el pasado, el presente y el futuro posible, que
se pone en diálogo con las voces reiteradamente silenciadas de
nuestra historia. En esa clave pueden comprenderse políticas que van
desde el fortalecimiento de los medios públicos a los festejos del
Bicentenario.
En
ese marco además recuperaremos la necesidad de avanzar en la
producción
de contenidos federales
para los nuevos medios de comunicación, desde una doble
preocupación: por un lado, la de democratizar la palabra, en el
sentido de que haya cada vez más enunciadores a lo largo y ancho del
país; pero por otro, la preocupación porque los contenidos de estos
nuevos medios sean efectivamente representativos de la experiencia
cultural de los más diversos sectores que constituyen a la sociedad
argentina. En ese sentido, nos interesa preguntarnos, no sólo por
los nuevos enunciadores, sino también por los nuevos públicos, esos
que vienen postergados desde hace tiempo en cuanto a la posibilidad
de contar con productos culturales en los que puedan reconocerse.
Finalmente,
entendemos que existe una reconfiguración de las articulaciones
entre derechos
ciudadanos
y comunicación.
Si bien la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual representó un enorme avance para el reconocimiento de la
comunicación pública como un derecho humano, aún queda mucho
trabajo pendiente en lo que respecta al acceso a la información
pública. Partiendo de que los medios de comunicación no son los
únicos responsables de garantizar ese derecho, resulta
imprescindible hoy impulsar desde el Estado algunas iniciativas que
faciliten el ejercicio del derecho de acceso a la información
pública, fundamental para el ejercicio de otros derechos ciudadanos.
Ahora
bien, abordar el análisis de procesos tan complejos y
multidimensionales como los mencionados, requiere de una perspectiva
de lectura tan compleja y multidimensional como éstos. En ese
sentido, esta Semana del Comunicador estará especialmente atravesada
por la construcción de una mirada transdisciplinaria, que nos
permita echar luz sobre algunas de las cuestiones planteadas. No con
la pretensión de abarcarlas acabadamente, sino más bien con el
objetivo de aportar algunos elementos al ejercicio de autorreflexión
que esta sociedad necesita hacer para transformarse. Por eso, más
que las respuestas, buscamos las preguntas adecuadas para contribuir
en la tarea de construir un país más justo y democrático.
Nos
proponemos, entonces, construir colectivamente algunas claves de
análisis que nos permitan interpretar la realidad que hoy nos toca
vivir, para intervenir sobre ella desde nuestra especificidad.
CENTRO DE LOS ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN - UNC
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